lunes, junio 26, 2006

CAMPEON DE LA MALA LECHE
Fernando Alonso ha vuelto a ganar un gran premio, esta vez en Canadá. Es una gran noticia para el deporte español, y parece que si sigue así va a por el segundo campeonato del mundo.
Sin embargo, me falta algo... me gustaría alegrarme por él, como me alegré tantas veces con Indurain, y me alegro ahora con Rafa Nadal o con el juego de Puyol, Xabi Alonso o Casillas en el Mundial.
No me puedo alegrar por Alonso porque continuamente se esfuerza en demostrar que es tan mal ganador como mal perdedor. Si pierde es porque en su equipo son chapuceros, el coche le ha fallado o sus adversarios hacen trampas. Si gana, se dedica a pasarle por la cara a Schumacher que le podía haber sacado más ventaja, o a cagarse en España porque no le financió su formación en la fórmula 1 (como si el país no tuviera otras prioridades que pagarle la gasolina a este niño bonito). Toda la gente que conozco pone una cara ambigua con cada victoria de este asturiano, así que parece que no soy el único al que le parece un insoportable. De todos modos ha dicho que su “sinceridad” a quien molesta es a los imbéciles, así que se ve que no le preocupa demasiado.
Que lástima. Este chaval ha triunfado en lo dificilísimo, que es ser el número uno del mundo, y ha fallado estrepitosamente en lo facilísimo, que es caerle bien a la muy agradecida afición española.