LA UNIVERSIDAD CONTRA NATURA
Endogamia: Fecundación entre individuos emparentados genéticamente. Produce retraso mental, idiotez, y en ocasiones polidactilia y fibrosis quística.
Una encuesta entre investigadores funcionarios muestra que el 70% de ellos fue el único aspirante a su plaza. En las universidades pequeñas es el 79%, y en el CSIC, el 9,4%. La mitad de ellos en la misma universidad donde se licenció y se doctoró. Más de la mitad, sin haber salido al extranjero. El 96% trabajaba en el centro donde obtuvo la plaza.
Vamos, que en la mayor parte de los casos la plaza tiene nombre y apellidos, y el “perfil” de ésta se adecua al currículo del interesado, en vez de al revés. La autonomía universitaria, que debiera proteger a la ciencia frente a los poderes fácticos, se convierte en la excusa para crear pequeños poderes fácticos de científicos. Porque a quien más interesa la endogamia es a los rectores y directores de departamento: es el modo de controlar a sus subordinados, que de otro modo no tendrían donde caerse muertos, y acrisolar su fidelidad.
Entre los trucos más mezquinos y tristes, el de hacer mal algún papel para que, si sale el candidato externo, se aduzca “defecto de forma” y se invalide la oposición.
Todo el mundo habla de la inversión en I+D, mínima en España. Sin embargo, un insider me comentó que sería mejor que no se invierta más en I+D, al menos en el entorno universitario. Porque el dinero se vaporiza en investigaciones sin interés real y poco productivas (aparte de “otros gastos”), y es un dinero que ponemos todos.
Los rectores dicen que responderán con responsabilidad ante el reto de la excelencia. El problema es que no van a ser responsables ante la ciencia, sino ante el reto de mantener sus taifas lo mejor que puedan, por la cuenta que les trae.